En memoria de Joseph Brodsky (Mark Strand)
Se podría decir, incluso acá, que lo que queda
del yo se desenrolla y forma una luz evanescente,
y se adelgaza como el polvo y va a un lugar en donde
el saber y la nada se funden y atraviesan entre sí;
que se mueve, aún desenrollándose, a través de la bóveda
de la agotada claridad, y sigue adelante con rumbo
a un lugar que quizá jamás pueda encontrarse,
en donde lo indecible, finalmente, se dice una vez más,
pero con suavidad, rápidamente, como lluvia azarosa
que cae durante el sueño, que uno se imagina que cae durante el sueño.
Lo que queda del yo se desenrolla sin cesar,
dado que ningún límite es capaz de contenerlo:
ni ese límite informe que hay entre nosotros,
ni ese otro que cae entre tu cuerpo y tu voz.
Joseph, querido Joseph, esos recordatorios repentinos
de que estuviste alguna vez, los lugares y épocas
cuya vida mejor fue la que vos les diste,
ahora parecieran fantasmas en tu estela.
Lo que queda del yo se desenrolla delante de nosotros,
para quienes el tiempo no es más que una medida del durante,
y el futuro no es más que un etcétera etcétera… pero veloz y para siempre.
del yo se desenrolla y forma una luz evanescente,
y se adelgaza como el polvo y va a un lugar en donde
el saber y la nada se funden y atraviesan entre sí;
que se mueve, aún desenrollándose, a través de la bóveda
de la agotada claridad, y sigue adelante con rumbo
a un lugar que quizá jamás pueda encontrarse,
en donde lo indecible, finalmente, se dice una vez más,
pero con suavidad, rápidamente, como lluvia azarosa
que cae durante el sueño, que uno se imagina que cae durante el sueño.
Lo que queda del yo se desenrolla sin cesar,
dado que ningún límite es capaz de contenerlo:
ni ese límite informe que hay entre nosotros,
ni ese otro que cae entre tu cuerpo y tu voz.
Joseph, querido Joseph, esos recordatorios repentinos
de que estuviste alguna vez, los lugares y épocas
cuya vida mejor fue la que vos les diste,
ahora parecieran fantasmas en tu estela.
Lo que queda del yo se desenrolla delante de nosotros,
para quienes el tiempo no es más que una medida del durante,
y el futuro no es más que un etcétera etcétera… pero veloz y para siempre.