11.9.06

Uno de Abigael Bohórquez

LLANTO POR LA MUERTE DE UN PERRO



Hoy me llegó una carta de mi madre
y me dice, entre otras cosas: –besos y palabras-
que alguien mató a mi perro

“ladrándole a la muerte,
como antes a la luna y al silencio,
el perro abandonó la casa de su cuerpo,
-me cuenta-,
y se fue tras de su alma
con su paso extraviado y generoso
el miércoles pasado.
No supimos la causa de su sangre,
llegó chorreando angustia,
tambaleándose,
arrastrándose casi con su aullido,
como si desde su paisaje desgarrado hubiera
querido despedirse de nosotros;
tristemente tendido quedó
-blanco y quebrado-,
a los pies de la que antes fue tu cama de fierro.
Lo hemos llorado mucho...”
Y, ¿por qué no?
yo también lo he llorado;
la muerte de mi perro sin palabras
me duele más que la del perro que habla,
y engaña, y ríe, y asesina.
Mi perro siendo perro no mordía.
Mi perro no envidiaba ni mordía.
No engañaba ni mordía.
Como los que no siendo perros descuartizan,
destazan,
muerden
en las magistraturas,
en las fábricas,
en los ingenios,
en las fundiciones,
al obrero,
al empleado,
al mecanógrafo,
a la costurera,
hombre, mujer,
adolescente o vieja.

Mi perro era corriente,
humilde ciudadano del ladrido-carrera,
mi perro no tenía argolla en el pescuezo,
ni listón ni sonaja,
pero era bullanguero, enamorado y fiero.
A los siete años tuve escarlatina,
y por aquello del llanto y el capricho
de estar pidiendo dinero a cada rato,
me trajeron al perro de muy lejos
en una caja de zapatos. Era
minúsculo y sencillo como el trigo;
luego fue creciendo admirado y displicente
al par que mis tobillos y mi sexo;
supo de mi primera lágrima:
la novia que partía,
la novia de las trenzas de racimo y de la voz de lirio;
supo de mi primer poema balbuceante
cuando murió la abuela;
el perro fue en su tiempo de ladridos
mi amigo más amigo.
“Ladrándole a la muerte,
como antes a la luna y al silencio,
el perro abandonó la casa de su cuerpo
-dice mi madre-
y se fue tras de su alma –los perros tienen alma:
un alma mojadita como un trino-
con su paso extraviado y generoso
el miércoles pasado...”
Ay, en esta triste tristeza en que me hundo,
la muerte de mi perro sin palabras
me duele más que la del perro
que habla,
y extorsiona,
y discrimina,
y burla;
mi perro era corriente,
pero dejaba un corazón por huella;
no tenía argolla ni sonaja,
pero sus ojos eran dos panderos;
no tenía listón en el pescuezo,
pero tenía un girasol por cola
y era la paz de sus orejas largas
dos lenguas
de diamantes.

14 Comments:

Blogger Victoria said...

Fascinante. Se disfrutan la métrica y las palabras como se disfruta de una tarde de sol en el medio de una playa, frente al mar, con un licuado de naranja y durazno bien frío. No que el poema se parezca a la playa, pero que se disfruta como las cosas más disfrutables. Realmente, un poema que me sorprendió, me agarró desprevenida, me dió vuelta como una media, el perro de uno es una cosa seria, una cosa de afectos muy complejos, profundos, muy profundos. Me encantó: pero, qué lástima el dejo "bien pensante" de final de estrofa. Una verdadera pena. No llega arruinar el poema, porque es demasiado bueno en los demás momentos. Pero un poco arruina, che, una lástima. ¿Para qué comparar al perro con el malvado, el ruin hombre, o, peor, con el viejo capitalista que se esbozaba ya en 1844? Cualquiera. Conozco al obrero y padezco al extorsionista. Ninguno de los dos tenía por qué interponerse para dañar la historia tan perfecta de una carta, una madre, un perro, el relato misterioso y casi heroíco de su muerte, las lágrimas y la tristeza. Los "bien pensantes" siempre arruinan todo. ¿Qué era al final el perro? ¿Una excusa para el comentario social? ¿o hace falta justificar el afecto a un perro y decir que es mejor que un mal humano? Not necessary.

12:19 p. m.  
Blogger Unknown said...

Totalmente de acuerdo: los biempensantes tienden a arruinar las cosas, al menos en lo que respecta al pensamiento y al arte. Pero el poema es, de todos modos, extraordinario.

1:47 p. m.  
Blogger Unknown said...

Totalmente de acuerdo: los biempensantes tienden a arruinar las cosas, al menos en lo que respecta al pensamiento y al arte. Pero el poema es, de todos modos, extraordinario.

1:47 p. m.  
Blogger marina said...

Muy bueno otra vez, Z.
Muy apropiado para todas las señoras de recoleta que lloran por sus perritos envenenandos..
Beso,
M

1:01 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

puede ser tomado, el poema, como una acto lingüístico de aclaración, que separa un sentido de la palabra perro, sentido peyorativo, como el que se imprime sobre otros animales, que apunta a la denuncia política, ideológica o moral, y un sentido afectivo, diferente, incluso inefable, que surge del amor entre los perros y sus dueños, y si se toma así, nada lo afea, porque hace que el afecto surja por oposición y que ya nadie use la palabra sin cuidado, porque el poema queda resonando en la cabeza y cuando estamos por decirle perro a uno de esos que muerden y despedazan (estén ligados al poder o meramente al impulso de destrucción), el autor se nos presenta, como un segundo yo por duplicado, como conciencia lingüística desdoblada, y decimos con él: te diría perro si no quisiera tanto a mi perro.

4:53 p. m.  
Blogger Eva said...

Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

4:22 p. m.  
Blogger Eva said...

ah!
Yo aqui en un pais donde casi no hay perros callejeros ni hambrientos y los que existen conviven en casas con ropas y alimentos finos y estupidos juguetes y salidas al parque y a cagar solo una vez al dia.
Me duele, el dolor por tu perro perdido.
Un beso en tu pupila..

4:23 p. m.  
Blogger Unknown said...

Eva:

Yo no soy el autor del poema,sino el mexicano Abigael Bohórquez, que está muerto, de modo que el beso en la pupila difícilmente pueda concretarse. Pero gracias de todos modos por la solidaridad (aunque tengo gato y goza de buena salud).

4:25 p. m.  
Blogger Eva said...

jajaj! Me vacilaste!
pero todo bpnito!

12:08 a. m.  
Blogger ine circe said...

victoria: TOTALMENTE de acuerdo, me sacaste las palabras de la boca y las ordenaste más lindas

5:04 a. m.  
Blogger Kamelie said...

Hola. Yo conocí al autor, afortunadamente. Este es el poema que más me gusta y por suerte lo pones acá, lo anduve buscando para ponerlo en mi blog y compartirlo con asociaciones en favor de los animales. Me encantó el comentario del usuario anónimo, eso también pienso yo.

Saludos desde Mexicali, México.

1:26 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

SE ME MURIO MI PERRA AYER Y ENCONTRARME CON ESTA POESIA ME PARTIO EN DOS....ES TAN AUTENTICA TAN REAL...TAL FINA CON LAS COMPARACIONES.........FELICITACIONES.........

12:19 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Excelente el poema. Soy un poeta mexicano, visiten mi blog en: http://fabulosasinfonia.blogspot.com. Dejen su comentario. Saludos.

1:59 a. m.  
Blogger DIANA-CHAN said...

ese es uno de mis poemas de abigael favoritos, esta hermoso

4:21 p. m.  

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