La laguna (Louise Glück)
La noche cubre la laguna con su ala.
Debajo de la luna anillada, mientras nadás, distingo
tu cara entre los peces
y las estrellas con su eco mínimo. En el aire nocturno
la superficie de la laguna es metálica.
Adentro, vos estás con los ojos abiertos.
Ellos guardan recuerdos que reconozco, como
si hubiéramos tenido una infancia en común.
Nuestros ponis pastaban en el monte, eran grises
con manchas blancas. Ahora pastan
con los muertos, que esperan
como niños, debajo de sus petos de granito,
lúcidos e indefensos:
están lejos los montes, y se elevan
más negros que la infancia.
¿En qué estarás pensando, ahí acostado
junto al agua, en silencio? Cuando te veo así
quiero tocarte, pero no lo hago: como si en otra vida
hubiéramos tenido los dos la misma sangre.
Debajo de la luna anillada, mientras nadás, distingo
tu cara entre los peces
y las estrellas con su eco mínimo. En el aire nocturno
la superficie de la laguna es metálica.
Adentro, vos estás con los ojos abiertos.
Ellos guardan recuerdos que reconozco, como
si hubiéramos tenido una infancia en común.
Nuestros ponis pastaban en el monte, eran grises
con manchas blancas. Ahora pastan
con los muertos, que esperan
como niños, debajo de sus petos de granito,
lúcidos e indefensos:
están lejos los montes, y se elevan
más negros que la infancia.
¿En qué estarás pensando, ahí acostado
junto al agua, en silencio? Cuando te veo así
quiero tocarte, pero no lo hago: como si en otra vida
hubiéramos tenido los dos la misma sangre.
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