El páramo, I, 43-76 (T. S. Eliot)
Madame Sosostris, célebre adivina,
tenía un resfriado muy severo;
de todos modos, se la considera
la mujer más sagaz de toda Europa,
con su terrible mazo de Tarot.
“Acá tenés tu carta: el Navegante
Fenicio ahogado”, dijo ella. (“Mirá:
esas perlas que ves fueron sus ojos").
Y aquélla es Belladonna, la Señora
de las Rocas y de las situaciones.
Y éste de acá es el Tres de Bastos, y ésta
es la Rueda. Y aquél, el mercader
de un solo ojo, y esta carta, en blanco,
es lo que carga sobre sus espaldas,
que a mí me está vedado contemplar.
No aparece el Ahorcado. Corrés riesgo
de una muerte asociada con el agua.
Veo una multitud marchando en círculo.
Gracias. Si ves a la señora Equitone,
te pido que le digas que el horóscopo
lo llevaré yo misma. Últimamente
hay que tener el doble de cuidado.
Ciudad irreal, en medio de la bruma
parda de aquel amanecer de invierno
se congregó una multitud enorme
en el Puente de Londres, eran tantos,
no imaginaba que la muerte hubiera
deshecho a tanta gente. Se exhalaron
unos suspiros breves e infrecuentes;
tenían todos la mirada fija
en el suelo delante de sus pies.
La multitud iba subiendo por
King William Street , en donde Santa Mary
Woolnoth marcaba el paso de las horas
con un golpe apagado al dar las nueve.
Me encontré a un conocido por ahí,
y lo paré y le dije: “¡Stetson! ¡Vos
y yo estuvimos juntos en los barcos
de Milas! El cadáver que plantaste
hace cosa de un año en tu jardín,
¿ya comenzó a brotar? ¿Va a florecer
este año? ¿O las heladas repentinas
arruinaron el suelo? Que no venga
el perro, que es amigo de los hombres:
podría desenterrarlo con sus uñas.
¡Vos! hypocrite lecteur!—mon semblable,—mon frère!”
tenía un resfriado muy severo;
de todos modos, se la considera
la mujer más sagaz de toda Europa,
con su terrible mazo de Tarot.
“Acá tenés tu carta: el Navegante
Fenicio ahogado”, dijo ella. (“Mirá:
esas perlas que ves fueron sus ojos").
Y aquélla es Belladonna, la Señora
de las Rocas y de las situaciones.
Y éste de acá es el Tres de Bastos, y ésta
es la Rueda. Y aquél, el mercader
de un solo ojo, y esta carta, en blanco,
es lo que carga sobre sus espaldas,
que a mí me está vedado contemplar.
No aparece el Ahorcado. Corrés riesgo
de una muerte asociada con el agua.
Veo una multitud marchando en círculo.
Gracias. Si ves a la señora Equitone,
te pido que le digas que el horóscopo
lo llevaré yo misma. Últimamente
hay que tener el doble de cuidado.
Ciudad irreal, en medio de la bruma
parda de aquel amanecer de invierno
se congregó una multitud enorme
en el Puente de Londres, eran tantos,
no imaginaba que la muerte hubiera
deshecho a tanta gente. Se exhalaron
unos suspiros breves e infrecuentes;
tenían todos la mirada fija
en el suelo delante de sus pies.
La multitud iba subiendo por
King William Street , en donde Santa Mary
Woolnoth marcaba el paso de las horas
con un golpe apagado al dar las nueve.
Me encontré a un conocido por ahí,
y lo paré y le dije: “¡Stetson! ¡Vos
y yo estuvimos juntos en los barcos
de Milas! El cadáver que plantaste
hace cosa de un año en tu jardín,
¿ya comenzó a brotar? ¿Va a florecer
este año? ¿O las heladas repentinas
arruinaron el suelo? Que no venga
el perro, que es amigo de los hombres:
podría desenterrarlo con sus uñas.
¡Vos! hypocrite lecteur!—mon semblable,—mon frère!”
4 Comments:
Usted hace una traducción poética, a sílabas contadas, como diría Gonzalo de Berceo, y es una gran mérito. En Eliot, como dije, lo coloquial se une a lo descriptivo y a la narración, en este poema. Su formulación en el original es inspirada pero me parece que ha sido tamizada varias veces y potenciada también por la erudición mitológica de su autor. El tono del original tiene una afectación y una cierta artificiosidad, sin perder la fuerza, que usted le quita. Digamos que, permitiéndoseme la
horrible palabra,usted "desolemniza". Lo felicito por ese logro porque el poema se vuelve así muy legible sin perder su potencia original.- En cuanto al título, en la literatura inglesa ¿Quién podría dejar de asociar "páramo" con Emily Bronte? Y, si es así, para mi lo es, creo que "la tierra baldía" lo hace mas de postguerra ¿Usted qué piensa?
estaba pensando... cuando era chico había un terreno cubierto de pastizales, sin ninguna casa salvo algunos ladrillos sueltos y una pileta enmohecida. el nombre que lo denominaba era "el baldío".
lo menciono porque si tu interés es con el título desenmascarar lo afectado y artificioso, me parece que "páramo" es una palabra bastante inusual en el castellano (al menos el que conozco, rioplatense), más cercana a la literatura que a la vida.
en ese sentido, recolecto la experiencia de mi infancia para sugerir "El Baldío".
creo habértelo dicho antes, pero repito: es una magnífica idea que lo traduzcas. se agradece.
Lo pensé y lo descarté, creo que un baldío es un mero terrenito y, aunque desacralizador, el poema de Eliot apunta a cierta sublimidad.
si esa es la intención, cumple.
abrazo.
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