9.9.10

El paciente pelea por su vida (Weldon Kees)

Difícil recordar una emoción ya muerta,
más entre estas fanfarrias en las que nadie cree
y las admoniciones de un cielo camuflado.

Debí haberme quedado cargado de destinos,
quizás, o muy borracho, o si no hacerle caso
al de la funeraria, que fue muy agradable.

¿O había una habitación como aquélla, que nuestros
suspiros desgastaron, y un gran árbol en flor
tras cristales azules, lluvia tibia en la noche?

Quedan dudas, parece. No hay dudas, sin embargo,
de los vacíos y helados tejidos de la mente
–frío, frío y un gran invierno gris que entra–
como espinas de aire en un cubo de hielo.