24.9.09

El sapo y la pelota dorada (Robert Graves)

Se le cayó en el pozo su pelota dorada
y le pidió a un frío sapo que bajara por ella;
a cambio, le dio un beso en sus horribles labios:
a duras penas él podía creer su suerte.

Y al ver que recobraba su forma principesca,
tras romperse el hechizo que le hiciera una bruja,
supo que nunca más amaría a otro hombre
y que, fuera cual fuere, no temería al destino.

Pero el rey y la reina, sus padres, ¿qué dirían?
La habían prometido a un primo en matrimonio
cuyos vastos dominios al reino eran limítrofes,
y que solía pasearse en un carro enjoyado.

“Nuestra pena, amor mío, parecería a todos
irremediable, excepto a ti y a mí: a aquellos
que nunca, como un sapo, se han lanzado a un oscuro
pozo o han extraviado su pelota dorada”.

“¿Qué debemos hacer?”, le preguntó a su amante.
Él la besó otra vez, y dijo estas palabras:
“¿La magia del amor es menos poderosa
en tu corte que en este pozo verde de moho?”

1 Comments:

Blogger Esteban said...

Hola, me encantó!
Saludos.

12:45 a. m.  

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