31.10.05

La rosa (William Carlos Williams)

La rosa es obsoleta,
pero cada pétalo termina
en filo, el doble facetado
soporta las columnas
estriadas del aire – El filo
corta sin cortar
no encuentra – nada – se renueva
a sí mismo en metal o porcelana –

¿Dónde? Termina –

Pero si termina
es que empieza el principio
de modo que ocuparse de las rosas
se vuelve una cuestión de geometría–

Más afiladas, nítidas, cortantes,
pintadas en cerámica –
adorna el plato roto
una rosa vidriada

El sentido transmuta en algún sitio
a las rosas de cobre
en rosas aceradas –

La rosa transportaba el peso del amor
pero el amor está al final – de las rosas

Es al filo del pétalo
donde el amor aguarda

Pulida, trabajada para vencer
la laboriosidad – frágil,
cortada, húmeda, a medio erguir,
fría, precisa, próxima

A qué

El lugar entre el filo
del pétalo y el

Desde el filo del pétalo una línea comienza
que al ser de acero,
infinitamente fina, infinitamente
rígida penetra
la Vía Láctea
sin contacto – y se alza
desde allí ­­– sin colgar
ni hacer presión –

Y la fragilidad de la flor
intocada
penetra el espacio

7 Comments:

Blogger DEMIAN said...

Por supuesto, esta no es la rosa mística de Yeats ni la áspera rosa de H.D. Creo que es el mejor poema que he leído con el tema de la rosa. Parece que a Williams se le dan bien los poemas con temas florales. Impresionante también poema sobre los asfodelos.

6:45 a. m.  
Blogger DEMIAN said...

Es lamentable que un poema tan bueno como éste no provoque comentarios como sí lo provoca un poema tan malo como el de Larkin. Creo que esto refleja el estado actual de la poesía, en general: miserable.

2:29 p. m.  
Blogger Unknown said...

A su madre ,, que poema! buenisimo

4:16 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

asocio este poema de jorge guillén, también con rosa.. también sin una sola imagen, creo... también buscando la perfección y el espacio... lo copio.. su título es perfección..
PERFECCIÓN

Queda curvo el firmamento,
compacto azul, sobre el día.
Es el redondamiento
del esplendor: mediodía.
Todo es cúpula. Reposa,
central sin querer, la rosa,
a un sol en cenit sujeta.
Y tanto se da el presente
que el pie caminante siente
la integridad del planeta.

1:08 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

A Demián le recomiendo: antes de hablar mal de Larkin, que se lave la boca con agua ras (preferentemente hirviendo)
Atentamente,
Eduardo Acevedo

5:43 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Al leer un poema, a veces tienes la sensación de que el traductor, pese a conocer bien la lengua origen y la lengua meta, va a tientas. No ha empatizado del todo con el mundo que le propone el poema original e intenta ser lo más literal a éste. Es una forma de traducir que da, que puede dar buenos resultados. En otras ocasiones, el traductor, por lo que sea, hace algo distinto con la materia de que dispone. Es también una forma de traducir.
Hay otras, en las que tienes la sensación inequívoca de que el traductor ha comprendido el poema: lo ha comprendido, ha empatizado con él de verdad. Hay algunos pasajes aquí en los que tengo esta sensación y, será absurdo, pero eso emociona.

6:23 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ya sabía yo que esta rosa me traía algo a la memoria. Debe ser la sensación de "Gratwanderung", ir pisando la delgada línea, lo liminar. Ese borde cortante pero a la vez permeable, donde principio y final se confunden; donde materia y vacío confluyen y explotan.

El poder de las asociaciones es realmente caprichoso y aunque no tienen nada que ver, aquí lo dejo:

"Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos"

Gerardo Diego
El Ciprés de Silos

M.

8:37 p. m.  

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