Nuestros cuerpos (Denise Levertov)
Nuestros cuerpos, aún jóvenes,
bajo la agitación que plasman
nuestras caras, y a su modo inocente,
más expresivos que las propias caras:
los dos pezones, el ombligo, el vello púbico,
forman de todos modos
una especie de cara: o tomemos, si no,
las sombras redondeadas de
los pechos, las nalgas o las bolas,
las redondeces de mi abdomen,
el hueco de tu ingle,
como si fuera una constelación,
la forma en que se inclina desde la tierra
al cielo con gesto juguetón
y lúcida piedad;
nada de esto podría suceder
en los ojos ni en la boca
nostálgica.
Yo tengo
una línea o un surco que me encanta
atraviesa
mi cuerpo del esternón a la
cintura. Habla de la
avidez, de la
distancia.
Tu espalda, que es tan larga,
ese color arena,
la forma en que los huesos se adivinan,
dicen lo mismo que diría un cielo
tras el atardecer, ya casi blanco,
sobre un espeso bosque
hacia el que vuelan cuervos.
bajo la agitación que plasman
nuestras caras, y a su modo inocente,
más expresivos que las propias caras:
los dos pezones, el ombligo, el vello púbico,
forman de todos modos
una especie de cara: o tomemos, si no,
las sombras redondeadas de
los pechos, las nalgas o las bolas,
las redondeces de mi abdomen,
el hueco de tu ingle,
como si fuera una constelación,
la forma en que se inclina desde la tierra
al cielo con gesto juguetón
y lúcida piedad;
nada de esto podría suceder
en los ojos ni en la boca
nostálgica.
Yo tengo
una línea o un surco que me encanta
atraviesa
mi cuerpo del esternón a la
cintura. Habla de la
avidez, de la
distancia.
Tu espalda, que es tan larga,
ese color arena,
la forma en que los huesos se adivinan,
dicen lo mismo que diría un cielo
tras el atardecer, ya casi blanco,
sobre un espeso bosque
hacia el que vuelan cuervos.
3 Comments:
Al autor no lo conozco el poema, me ha encantado.
"Bolas"? Bastante gracioso.
qué lindo poema, qué linda levertov.
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