7.3.08

La especialista en babosas (Sharon Olds)

Cuando era especialista en babosas, apartaba
las hojas de la hiedra, en busca de esos cuerpos
traslúcidos, brillosos, de gelatina verde,
que subían reptando lentamente
a mi merced, por la pared de piedra.
Al estar hechas casi todas de agua,
morían al instante si les echaban sal,
pero eso no era lo que a mí me interesaba. Lo que a mí me gustaba
era correr las hojas de la hiedra, quedarme respirando
el olor de la pared, y esperar en silencio hasta que el bicho
se olvidara de mí, y sacara las antenas;
ver cómo esos cuernitos relucientes se alargaban
como si fueran telescopios, hasta que finalmente
los extremos sensitivos salían a la luz,
íntimos e infalibles. Unos años más tarde,
cuando vi por primera vez a un hombre desnudo,
me sorprendió observar cómo se repetía
el callado misterio, ver a esa criatura
parsimoniosa y elegante salir de su escondite
y brillar en el aire polvoriento,
deseosa y tan confiada
que una podría llorar.

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

La erección es un proceso más unidireccional, menos flexible y ondulante, que el surgimiento de las antenas de las babosas. Pero todo se le perdona a este magnífico poema, tan eficazmente traducido. Excelente. Gracias Z(otra vez).

1:02 p. m.  
Blogger andres said...

Al final le calentaba la cosa. Ahora, si le surge ese llanto, debe ser un poco histérica la muchacha.

1:14 p. m.  
Blogger Luis Chaves said...

z, has traducido a paul muldoon?

8:33 p. m.  
Blogger Unknown said...

No, Luis; de hecho debo confesarte que no lo he leído. No me vendría mal que me recomendaras algunos poemas. Saludos y gracias por pasar.

8:58 p. m.  
Blogger Luis Chaves said...

ok ok. te voy a pasar más bien por mail.

1:45 p. m.  
Blogger Historia de los Días said...

que genial la visión del yo poético, mezclando un recuerdo del reino animal, con otro de la vida cotidiana, gracias por la epifanía

4:52 a. m.  

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