Uno de Sergio Raimondi
A LOS REALES SEGUIDORES DEL REALISMO
No es, como gustan decir, la voluntad
implacable de nombrar la experiencia
de quien ha sufrido y por eso desecha
el recurso del adorno mortecino. Es,
en todo caso, su confianza en los sustantivos,
su adjetivación rala y apenas expresiva
y cualquier atisbo de acción subordinado
a la persistencia y fijeza de una imagen.
Suyo el artificio, en fin, de que el verso
existe porque en algún lado se vivió,
no de que el verso es la vida y lo intolerable.
No es, como gustan decir, la voluntad
implacable de nombrar la experiencia
de quien ha sufrido y por eso desecha
el recurso del adorno mortecino. Es,
en todo caso, su confianza en los sustantivos,
su adjetivación rala y apenas expresiva
y cualquier atisbo de acción subordinado
a la persistencia y fijeza de una imagen.
Suyo el artificio, en fin, de que el verso
existe porque en algún lado se vivió,
no de que el verso es la vida y lo intolerable.
2 Comments:
"Suyo el artificio, en fin, de que el verso
existe porque en algún lado se vivió,
no de que el verso es la vida y lo intolerable"
Inmenso este fragmento, para mí, por su ambigüedad sintáctica: El artificio propio de los "reales realistas" es el artificio de creer supeditado el verso a la realidad; una estratagema más, un gimmick más, un (auto?)engaño más...
Sin embargo, no menos artificio es (como sugiere la dependencia sintáctica de "el de" con respecto a "artificio") de creer justo lo contrario, la primacía del verso sobre la vida y lo intolerable...
María
errata: fuera ese "de"... ;-). Sorry.
M.
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