18.10.12

Ensayo sobre Adán (Robert Bringhurst)

Hay cinco posibilidades. Uno: Adán se cayó.
Dos: lo empujaron. Tres: saltó. Cuatro:
apenas con mirar el precipicio se sumió en el silencio.
Cinco: a Adán no le pasó nada digno de nota.

La primera, que se cayó, es por demás simplista. La cuarta,
el miedo, la hemos descartado tras someterla a examen. Y la quinta,
que no le pasó nada, es aburrida. Nos queda decidir entonces
si saltó o lo empujaron. Pero la diferencia entre estas dos hipótesis

depende sólo de si los demonios
actúan desde adentro hacia afuera o de afuera
hacia adentro: la única
pregunta teológica.