Maitines (Louise Glück)
Inalcanzable padre, cuando fuimos expulsados
del Paraíso construiste una réplica, distinta
del Paraíso en una sola cosa:
estaba diseñada para darnos una lección. En todo lo demás,
idéntica: belleza en ambos lados,
una belleza sin alternativa. Salvo
que no sabíamos cuál era la lección. A solas,
nos cansamos mutuamente. Años de oscuridad
se sucedieron; por turnos
trabajamos el jardín, y las primeras lágrimas
nos colmaron los ojos al ver cómo la tierra
se empañaba de pétalos, algunos
rojo oscuro, otros de color carne.
Pero nunca pensamos en vos,
a quien estábamos aprendiendo a adorar.
Sabíamos tan sólo que no estaba
en la naturaleza humana amar únicamente
lo que nos retribuye con su amor.
del Paraíso construiste una réplica, distinta
del Paraíso en una sola cosa:
estaba diseñada para darnos una lección. En todo lo demás,
idéntica: belleza en ambos lados,
una belleza sin alternativa. Salvo
que no sabíamos cuál era la lección. A solas,
nos cansamos mutuamente. Años de oscuridad
se sucedieron; por turnos
trabajamos el jardín, y las primeras lágrimas
nos colmaron los ojos al ver cómo la tierra
se empañaba de pétalos, algunos
rojo oscuro, otros de color carne.
Pero nunca pensamos en vos,
a quien estábamos aprendiendo a adorar.
Sabíamos tan sólo que no estaba
en la naturaleza humana amar únicamente
lo que nos retribuye con su amor.
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