Arcos románicos (Tomas Tranströmer)
Adentro de la enorme basílica románica,
turistas apiñados en la semipenumbra.
Una bóveda abierta tras de otra,
sin visión de conjunto. Algunas velas
parpadearon. Un ángel sin cara me abrazó
y dijo en un susurro que atravesó todo mi cuerpo:
“¡No te avergüences de que sos humano, llevalo con orgullo!
Adentro tuyo se abre bóveda tras bóveda, infinitamente.
Nunca terminarás, y así tiene que ser”.
Me cegaron las lágrimas,
y me sacaron a los empujones a la piazza
inundada de sol, junto con Mr. y con Mrs. Jones,
con el señor Tanaka y la Signora Sabatini,
y también adentro de ellos se abría bóveda tras bóveda infinitamente.
turistas apiñados en la semipenumbra.
Una bóveda abierta tras de otra,
sin visión de conjunto. Algunas velas
parpadearon. Un ángel sin cara me abrazó
y dijo en un susurro que atravesó todo mi cuerpo:
“¡No te avergüences de que sos humano, llevalo con orgullo!
Adentro tuyo se abre bóveda tras bóveda, infinitamente.
Nunca terminarás, y así tiene que ser”.
Me cegaron las lágrimas,
y me sacaron a los empujones a la piazza
inundada de sol, junto con Mr. y con Mrs. Jones,
con el señor Tanaka y la Signora Sabatini,
y también adentro de ellos se abría bóveda tras bóveda infinitamente.
3 Comments:
Buenísimo que lo estés acercando, Ezequiel, al menos para mí, que no puedo hacer nada con el original.
Que buieno esncontrar poemas enespañol de este premio novel!
Haces una gran labor; traducir también es revelar. Este poema sencillo y valioso es una muestra que debe ser agradecida.
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