Una noche de invierno (Mark Strand)
Fui a una fiesta de estrellas de Hollywood,
que deambulaban por ahí, citaban sus memorias y bebían.
La más linda de todas se sacó el vestido, se hincó
de rodillas y dijo que sólo su marido había vislumbrado
la tenebrosa flor de sus partes pudendas, y que él era un príncipe.
Una línea de luz cabalgó por la curva de sus pechos
hasta los deslumbrantes eslabones de su collar y luego se estrelló.
Afuera, en el jardín, los Plateros cantaban “Twilight Time”.
“Caen las celestiales sombras de la noche…”. Esto era un sueño.
Después, fui a la ventana y me puse a observar a un enorme toro rosa,
en un campo nevado. La luna le bañaba el lomo con su luz, y el vapor
de su aliento creció hasta envolverlo en una nube de plata.
Cuando alzó la cabeza, soltó un mugido que estalló y retumbó
como si fuese un trueno en los cuartos de abajo. También esto era un sueño.
3 Comments:
buenísimo
Buenísimo, pero: ¿"Los Plateros"?, ¿en serio?
Así llaman acá a The Platters.
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