24.3.11

Las cartas de amor de mi abuela (Hart Crane)

No hay más estrellas esta noche
que las de los recuerdos,
y sin embargo, cuánto espacio queda para el recuerdo
en el holgado cinturón de la llovizna tenue.

Incluso queda suficiente espacio
para las cartas de la madre de mi madre,
Elizabeth,
que han estado guardadas tanto tiempo
en un rincón de la buhardilla
que están humedecidas y marrones,
y quizás se podrían derretir como nieve.

En un espacio de esas dimensiones,
es necesario dar pasos muy cuidadosos.
Todo pende de un invisible pelo blanco,
y tiembla como ramas de abedul que tejieran una red en el aire.

Y me pregunto:

“¿Tenés los dedos suficientemente largos
para pulsar esas antiguas teclas que no son sino ecos?
¿Tendrá el silencio suficiente fuerza
para llevar la música de vuelta hasta su origen
y otra vez hasta vos
igual que si estuviese llevándosela a ella?”.

Y sin embargo yo llevaría a mi abuela de la mano,
y le haría ver cosas que mayormente no comprendería;
y por eso tropiezo. La lluvia continúa cayendo sobre el techo
y suena como a risas de piadosa dulzura.

1 Comments:

Blogger Pablo Seguí said...

Los últimos cuatro versos son muy lindos; me traen cosas.

Saludos.

5:38 p. m.  

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