La soledad de un damasco (Carl Adamshick)
Lejos del toque de la hoja, de la ramita.
Lejos de las manchas y de las huellas
de los otros. Más allá de la noche, negra como pizarra
que se llena de lluvia. Más allá del somnoliento
origen de la tristeza. De regreso
en el cuarto encarnado. El lugar
donde se guarda todo lo que se ama y se lo ordena
para el recuerdo. El delicado agarre
y el reordenamiento cariñoso de lo que falta,
como ciertas palabras, un color reflejado
en el agua hace algunos años ya. Damascos
y lo que arde. Obtuvo lo que es.
Dulce con una piedra. Dulce con
la concesión de un par de afirmaciones,
de un par de vidas que tocará sin lastimar.
Lejos de las manchas y de las huellas
de los otros. Más allá de la noche, negra como pizarra
que se llena de lluvia. Más allá del somnoliento
origen de la tristeza. De regreso
en el cuarto encarnado. El lugar
donde se guarda todo lo que se ama y se lo ordena
para el recuerdo. El delicado agarre
y el reordenamiento cariñoso de lo que falta,
como ciertas palabras, un color reflejado
en el agua hace algunos años ya. Damascos
y lo que arde. Obtuvo lo que es.
Dulce con una piedra. Dulce con
la concesión de un par de afirmaciones,
de un par de vidas que tocará sin lastimar.
1 Comments:
¿Qué decir?... lo has bordado ;-)!
Lo he leído ya varias veces y cada vez me gusta más.
Muchas gracias por traducirlo.
M.
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