26.4.06

Yo maté al comisario (Bob Marley & The Wailers)

Yo maté al comisario,
pero no, no maté al subcomisario.

Por toda la ciudad me están buscando:
Quieren que comparezca en la Justicia
por el asesinato de un subcomisario.
Por la vida de un subcomisario.

Yo maté al comisario, pero juro
que fue en defensa propia.

Yo maté al comisario, se los dije;
dicen que fue un pecado capital.

Escuchen esto:
el comisario Pérez
me la tiene jurada desde siempre,
y yo no sé por qué. Siempre que planto
una semilla de algo, antes que brote,
él dice: que la maten, que no crezca;
él dice: mátenlos antes que crezcan.

¿Cómo fue? Salió todo en las noticias.

Yo maté al comisario, pero juro
que fue en defensa propia.

¿Y entonces qué pasó con el subcomisario?
Les dije: yo maté, sí, al comisario,
pero, créanme, fue en defensa propia.

Un día fui a buscar la libertad;
por eso abandonaba la ciudad.
Vi de repente al comisario Pérez
que me apuntaba pronto a dispararme,
así que lo maté de tres balazos.
Si soy culpable, entonces, pagaré.

Yo maté al comisario,
pero no, no maté al subcomisario.

Fue cosa de reflejos;
pasó lo que tenía que pasar.

Y tanto que va el cántaro a la fuente,
que al final lo que pasa es que se rompe.

Yo maté al comisario,
pero no, no maté al subcomisario.

8.4.06

Epitafio a un tirano (W. H. Auden)

La perfección, de cierta clase, era lo que buscaba
y la poesía que inventaba era sencilla de entender;
conocía la insensatez del hombre como la palma de su mano,
y estaba muy interesado en flotas y en ejércitos;
cuando reía, respetables senadores lanzaban carcajadas
y si lloraba, los niñitos morían en las calles.