Canción de los constructores (Mary Oliver)
Una mañana de verano
me senté
en una colina
para pensar en Dios,
un pasatiempo digno.
Cerca de mí,
un grillo solitario
llevaba las semillas que había por ahí
de un lado a otro.
Qué energía la suya,
y qué humilde su esfuerzo.
Ojalá que las cosas
siempre sean así:
cada uno de nosotros
a su modo inexplicable
haciendo el universo.
me senté
en una colina
para pensar en Dios,
un pasatiempo digno.
Cerca de mí,
un grillo solitario
llevaba las semillas que había por ahí
de un lado a otro.
Qué energía la suya,
y qué humilde su esfuerzo.
Ojalá que las cosas
siempre sean así:
cada uno de nosotros
a su modo inexplicable
haciendo el universo.