Maitines (Louise Glück)
Perdoname si digo que te amo: al poderoso
siempre se le miente, porque el débil actúa
movido por el miedo. Soy incapaz de amar
lo que no puedo concebir; y vos no revelás
prácticamente nada: ¿sos como los espinos,
siempre la misma cosa en el mismo lugar,
o más inconsistente, como la dedalera, que levanta
un penacho rosado tras las margaritas,
y luego, el año próximo, uno violeta al lado de un rosal?
Seguro te das cuenta de lo inútil
que es para nosotros este silencio que nos quiere
hacer creer que sos todas las cosas, la dedalera y el espino,
la vulnerable rosa y la ruda margarita;
al final terminamos por pensar
que tu existencia es imposible. ¿Es eso
lo que vos quisieras que creyéramos,
es eso lo que explica el silencio a la mañana,
los grillos que aún no se frotan las patitas,
los gatos que, en el patio, todavía no pelean?
siempre se le miente, porque el débil actúa
movido por el miedo. Soy incapaz de amar
lo que no puedo concebir; y vos no revelás
prácticamente nada: ¿sos como los espinos,
siempre la misma cosa en el mismo lugar,
o más inconsistente, como la dedalera, que levanta
un penacho rosado tras las margaritas,
y luego, el año próximo, uno violeta al lado de un rosal?
Seguro te das cuenta de lo inútil
que es para nosotros este silencio que nos quiere
hacer creer que sos todas las cosas, la dedalera y el espino,
la vulnerable rosa y la ruda margarita;
al final terminamos por pensar
que tu existencia es imposible. ¿Es eso
lo que vos quisieras que creyéramos,
es eso lo que explica el silencio a la mañana,
los grillos que aún no se frotan las patitas,
los gatos que, en el patio, todavía no pelean?