Traductor invitado
ANDRÉS NEUMAN TRADUCE A OWEN SHEERS
COSECHA
para S.
Sentados a la sombra del castaño
nos tomó por sorpresa la caída de castañas:
minas en miniatura hundiéndose entre hojas,
golpeando nuestra espalda y nuestros hombros.
Empezaste a atraparlas,
estrujando sus secretos,
y te quedabas con las que podías
apretándolas bien contra tu vientre,
como si hubieras sido apuñalada
y estuvieras sangrando castañas por la herida.
Cuando se acumularon demasiadas
me confiaste unas pocas, que retuve:
puñado de nudillos en mi puño.
Pero con mi sudor opacaba su brillo,
desde un marrón intenso a un pardo tenue,
y cuando te las devolví
me dijiste que siempre sería de ese modo:
porque yo soy un hombre, y tengo manos ácidas.
COSECHA
para S.
Sentados a la sombra del castaño
nos tomó por sorpresa la caída de castañas:
minas en miniatura hundiéndose entre hojas,
golpeando nuestra espalda y nuestros hombros.
Empezaste a atraparlas,
estrujando sus secretos,
y te quedabas con las que podías
apretándolas bien contra tu vientre,
como si hubieras sido apuñalada
y estuvieras sangrando castañas por la herida.
Cuando se acumularon demasiadas
me confiaste unas pocas, que retuve:
puñado de nudillos en mi puño.
Pero con mi sudor opacaba su brillo,
desde un marrón intenso a un pardo tenue,
y cuando te las devolví
me dijiste que siempre sería de ese modo:
porque yo soy un hombre, y tengo manos ácidas.
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