12.10.05

Uno de Miguel Ángel Petrecca

ENTRE DOS PUNTOS



La ropa que no pensamos llevar
la doblamos así nomás empujándola
adentro de un cajón, tenemos
un mapa arrugado en mano donde ver
entre colores y dibujos a escala
nuestros lugares. Después de tanto
de errar sueltos, lo más raro
es este espacio-tiempo, parecido
al instante en que dos extraños se cruzan
en un aeropuerto. Señalo con un dedo
una ruta que es un dedo, tendido
hacia cualquier lado. Nuestros preparativos
consisten en imaginar, en hacer una lista
mental de objetos nunca vistos, de encuentros
y desencuentros como túneles
de hormigas, intrincados. Mi cepillo de dientes
es verde, el tuyo azul, pero no importa
si nos confundimos. Sacudís el bolso
y las cosas adentro chocan con ruido
amortiguado por la ropa en un bollo,
un par de pantalones viejos y pullover
un par de remeras, gorros para el frío.
Tenés ganas de quemar algo, pero te basta
con prender un cigarrillo y observar
la llamita metida, como un animal peligroso
dentro de esa ceniza. Te toco
a lo largo de un brazo, y voy al baño
donde ahora que nos separa una puerta
puedo imaginarte, igual que recién
imaginaba bestias, ciudades
cambiadas por la nieve al caer; entonces ya no estás
y estoy contento de tener que viajar
aunque sea entre dos cuartos, para encontrarte.

3 Comments:

Blogger Fabiana said...

Excelente!

10:11 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

después de este no hya más viajes

11:36 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

en el comentario anterior hay una excedente economía del lenguaje: sobra.

2:11 a. m.  

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