9.9.05

Uno de Beatriz Vignoli

LA CAÍDA


Si te dicen que caí
es que caí.
Verticalmente.
Y con horizontales resultados.
Soy, del ángulo recto
solamente los lados.
Ignoro el arte monumental del sesgo,
esa torsión ornamental del héroe
que hace que su caer se luzca como un salto.
Ese rizo del mártir que, ascendiendo
se sale de la víctima
y su propio tormento sobrevuela
no es mi especialidad. Yo, cuando caigo,
caigo.
No hay parábola
ni aire, ni fuerza de sustentación.
Un resbalón: espero. Al suelo llego
por la ruta más breve.
Un alud, una piedra,
una viga a la que han dinamitado.
No hay astucias del cuerpo en mi descenso.
Se sobrevive: el fondo
del abismo es más blando
para quien no vuela, sólo cae.
Si te dicen que caí,
no vengas
a enseñarme aerodinámica revisionista.
No me cuentes de los que cayeron venciendo.
No vengas a decirme
que no crees que haya sido un accidente.
En lo único que creo es en el accidente.
Lo único que sabe hacer el universo
es derrumbarse sin ningún motivo,
es desmoronarse porque sí.

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

.hola ezequiel. .ese poema me gustó mucho. .no conozco el trabajo de vignoli. .espero que hayas disfrutado a jorge cuesta. .saluditos. .rodrigo. .nohaypoema.

11:16 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ay dios

2:21 p. m.  
Blogger Mercedes Gómez de la Cruz said...

la obra de Vignoli es lo más y ese poema es para mí uno de los mejores de Beatriz. Además de haber tenido la fortuna de participar como testigo de la conversación que en parte dio origen a ese texto. Fortunas de habitar una ciudad pequeña, quién diría...

12:39 a. m.  
Blogger Ruth said...

No conozco mucho de Vignoli, pero este poema es maravilloso.

10:50 a. m.  
Blogger cheche said...

Beatriz vignoli ESt.
Lo más importante y renovado de Rosario anclada.
GENIA beatriz.
Alarde de Vignolis.
un beso CHECHE

9:18 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Frotándome aún los ojos después de una dosis de lectura tendente al fulgor y la perfección, la verticalidad y el ascenso, este precioso poema resulta ser una pequeña tabla de salvación. Nada de mármoles, sólo madera bien tallada, lleno de gravedad, de solidez y, nunca mejor dicho, con los pies bien en la tierra, recuerda lo importante que resulta que la belleza esté anclada en lo real. Que lo cotidiano, bien sopesado, siempre enriqueció a la poesía.
Qué alegría cuando la poesía te hace reír y te conmueve en su humanidad, de carne y hueso...y pierna rota...;-)

M.

9:14 p. m.  

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